Corría el año 1997 cuando justamente tuve que hacer la mili, ya no podía pedir más prórrogas y me tocó ir por narices. Además me tocó en Zaragoza, recuerdo que compré esta cassete original antes de subir al tren (no es esta que esta en la foto). Ya conocía el album Violator, me gustaba su música melódica, oscura y me parecía una buena “banda sonora” para aquella experiencia del servicio militar. Ahora cada vez que escucho seguido este álbum me trae recuerdos de los tiempos muertos en aquel cuartel, en medio de la nada más absoluta. En las noches de guardia, las tardes de siesta, incluso durante las noches cuando salía yo solo y la escuchaba en los bares y discotecas de la capital maña. Me llevé unas pocas cintas conmigo pero ésta fue una de las que más escuché (tampoco tenía mucho para elegir). Al final de nueve meses había escuchando tantas veces esta cassete que no volví a oírla durante años, llegué incluso a aborrecerla. No recuerdo qué hice con la cinta original, supongo que se perdería cuando cambié al CD (que compró uno de mis hermanos).
Ahora, después de muchos, muchos años, he vuelto a escuchar este álbum con nostalgia. Las imágenes vienen a mi memoria con la extraña sensación de haber vivido mil años. Es curioso cómo los sonidos pueden hacernos soñar despiertos.
Grabada en una sencilla TDK tipo 1 de 60 minutos canibalizada de la caja de cintas que compré grabadas de segunda mano (unas 40).
En un futuro próximo también quiero grabar el álbum de Violator. Los únicos que me gustan de esta banda.
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